En que consiste la grandeza del hombre, me pregunté una vez...quizás en su inteligencia, en su generosidad, en sus hazañas o en su fama? No, no lo creo, porque todo esto es pequeño y pasajero.
Dicen que el corazón es un pequeño órgano del tamaño del puño de una mano; pero yo creo que la grandeza del hombre depende de cuantas personas puedan caber en su corazón.
Hay personas tan egoístas que no dan cabida a nadie más que a ellos mismos en su corazón: no se relacionan, ni tienen amigos, se aislan para que nadie les pida ni les estorbe.
Otros, son tan pobres de espíritu que cuando se enamoran o aman a alguien, deshechan de su corazón al resto del mundo, incluso a Dios, para sentar en su trono solamente a aquella persona amada.
Estas son personas pequeñas, como hormigas, que caminan sobre la arena y nadie las nota, pues no dejan huella alguna al pasar.
Hay personas capaces de amar tanto; en su corazón hay lugar para el necesitado, el hambriento, el triste, el enfermo y el solitario y que han dedicado su vida a dar amor. Estos, definitivamente dejan huella al pasar por este mundo. Huella que ni las olas ni el tiempo pueden borrar.
Pero también hubo uno que amó aún más. En su pequeño corazón humano, hubo lugar para la humanidad entera; los que habían pasado, los de su propia época, los de nuestro tiempo y los que vendrán.
Dió su vida por todos, aún por lo que le odiaron; y la dió por ti y por mi.
Dejó una huella eterna, inmensa, como de aquí hasta el cielo. Huella gloriosa de perdón, salvación y amor.
Huella que debemos tratar de imitar, amando como el amó.
Ahora te pregunto, cuántas personas caben en tu corazón? ninguna, una, o tantas que no las puedes contar?
Solo tu lo sabes ahora, los demás, lo sabremos, tal vez cuando hayas partido de este mundo y podamos ver tus huellas marcadas sobre esta tierra.
Zaida.